Follow Me!

9.13.2011

Israel/Palestina: Radiografía del Conflicto, entre los retos de un Medio Oriente Revuelto


Introducción
La incertidumbre con respecto al futuro y las consecuencias naturales de los disturbios y las olas de violencia desatadas por las luchas en pro de reformas sociales y políticas que se iniciaron con la Revolución de los Jazmines en Túnez y que se ha extendido por todo el Magreb complejizan cada día más los procesos de negociación entre árabes e israelíes.

El tema cobra importancia para Latinoamérica pues a remembranza de los israelíes en Estados Unidos, la presencia creciente de personas de origen palestino o judío otorga otro cariz al conflicto. Muchas de estas familias han adquirido a través de los años poderío económico y social, llegado a convertirse en focos de presión moderados a lo interno de las naciones, nuestro país es solo una pequeña muestra, apellidos tan sonoros como Khoury, Haché, Majluta, Kassé Acta,  Selman, Fadul, Cohen, Curiel y otros son conocidos por sus grandes inversiones en el sector privado y su constante involucramiento en el orden político dominicano.

Considerando que los hechos históricos que dan origen al conflicto han sido documentados en incontables ocasiones, el enfoque abordado por este ensayo parte desde el estancamiento de las negociaciones iniciadas en septiembre del 2010, examinando detenidamente sus causas y consecuencias, aborda particularmente los puntos más espinosos de las negociaciones confrontando las distintas versiones de las partes respecto al mismo y por último intenta recrear un nuevo panorama del conflicto a raíz de los últimos hechos acontecidos en los países del Magreb.

Oportunidades Latinoamericanas entre los Retos de un Medio Oriente Revuelto
Como respuesta al estancamiento de las conversaciones sobre la búsqueda de soluciones al conflicto palestino-israelí, que por iniciativa norteamericana resurgieron en septiembre del año 2010, las autoridades palestinas han modificado la estrategia. Ante la postura inflexible del Estado de Israel se han dedicado a promover el reconocimiento de su Estado como libre, soberano e independiente en los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); el último blanco han sido los países latinoamericanos, probablemente, debido a la reactivación de la participación de estos en los foros internacionales y a la intervención cada vez más profunda en las dinámicas globales, provocando que los líderes latinoamericanos se consoliden como grandes mediadores o  figuren como piezas estratégicas en los procesos de negociación en cuanto a la resolución de conflictos.



La posibilidad de inclinar la balanza, a fin de equilibrar fuerzas el reconocimiento del Estado Palestino  se extiende abiertamente por Latinoamérica sumando países como Venezuela[1], Brasil, Argentina Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Guyana, otros como Chile asumen una posición relativamente ambigua, apoyando la constitución de un Estado Palestino, independiente, pero sin referirse a la demarcación territorial, la cual corresponde a las fronteras trazadas previamente a la Guerra de los Seis Días de 1967, que incluye a Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental. Netanyahu ha respondido negativamente, alegando que las decisiones unilaterales de Palestina alejan cada día más la solución mediante un proceso de negociación.

La postura expresada por los países de la región, a opinión de ciertos especialistas, no es casual. En el marco del cambio estratégico regional que se viene gestando a instancias del presidente venezolano Hugo Chávez, este fenómeno tiende a estrechar las relaciones de las naciones latinoamericanas con la potencia emergente brasileña y está orientado a declinar progresivamente la influencia norteamericana al tiempo que consolida el liderazgo de Brasil en el hemisferio.

Los escasos progresos logrados en los procesos de negociación que se remontan mucho más allá de 1946, se desvanecen en la búsqueda de una solución que no llega. Algunas de las propuestas planteadas versan sobre la creación de un Estado binacional, sin embargo la que cuenta con mayor apoyo popular es aquella que promueve la creación de dos estados independientes, semejante a lo acordado en Resolución 181 (11) aprobada por la Asamblea General de la ONU en el año 1947.[2]  Examinando ambas opciones y tomando en cuenta las opiniones expresadas por las partes involucradas, podemos concluir lo siguiente:

·         Estado binacional: De acuerdo a lo expresado por el embajador israelí Rafael Schutz[3], debido al aumento persistente en la cantidad de refugiados palestinos[4], pues  “hay que mantener el problema vivo para aniquilar a Israel”, desde el punto de vista numérico  el retorno de los refugiados palestinos significaría el fin de la existencia del estado de Israel o de Israel como estado judío, además históricamente Israel no aprueba la formación del Estado Palestino, en las condiciones presentadas por la OLP, bajo el alegato que nunca ha existido pues antes de ser planteada esta posibilidad entre 1948 y 1967 los territorios de Cisjordania y Gaza estuvieron bajo gobierno jordano y egipcio respectivamente. Por otro lado grupo extremistas islámicos que no pertenecen a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), pero que cuentan con gran apoyo popular como Hamás o la Yihad Islámica Palestina tienen como objetivo la destrucción del Estado Israel y la creación de un Estado islámico palestino único, estos grupos son considerados organizaciones terroristas por gran parte de la comunidad internacional, debido a sus constantes atentados contra civiles desarmados. 

·         Estados Independientes: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acepta que debería haber un Estado Palestino, así como también una retirada israelí de ciertas partes de Cisjordania. El punto de conflicto radica  en la exigencia de los palestinos acerca de la devolución de los territorios tomados por Israel durante la Guerra de los Seis días (Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán, Siria) y aquí se bifurca el tema sobre la soberanía de Jerusalén, donde además de ser el lugar más importante para las tres principales religiones monoteístas del mundo (Judaísmo, Islamismo y el Cristianismo), es el centro político y económico de Israel.

Otro punto de discordia lo constituye el rechazo de Israel a ampliar una moratoria sobre la construcción de asentamientos judíos en los territorios de Cisjordania y en el este de Jerusalén. El 25 de febrero pasado se anunció la disolución de la Unidad de Apoyo a la Negociación, dependiente de la OLP, tras la dimisión del jefe Saeb Erekat, la falta de perspectivas de diálogo con Israel y la disgregación de los principales negociadores estadounidenses, entre ellos Dan Shapiro y George Mitchell, sumado a la gran decepción que provoco  el veto de Estados Unidos a una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que condenaba la construcción de asentamientos israelíes en los territorios ocupados y que contaba con el vota afirmativo de los 14 miembros restantes.[5]

Extracto del articulo “Colonias judías, un desafío”, publicado el 3 de marzo del  2009.[6]

“La solución de los dos Estados contempla un país llamado Palestina en coexistencia con Israel. Sin embargo, muchos creen que la permanencia de los asentamientos judíos y su infraestructura hace imposible el establecimiento de un Estado palestino. Las tres áreas -Gaza, Cisjordania y el este de Jerusalén están separadas", dijo Allegra Pacheco, de la oficina humanitaria de las Naciones Unidas en los territorios palestinos.

“Israel controla el este de Jerusalén y gran parte de Cisjordania. Hay un muro que divide el este de Jerusalén de Cisjordania y evita que la mayoría de los palestinos acceda a mejores escuelas y hospitales o acudan a orar a mezquitas e iglesias allí.

“Cada vez más el territorio del este de Jerusalén es entregado a los colonos judíos. Asimismo, dentro de Cisjordania hay más de 600 obstáculos físicos colocados por Israel que bloquean el movimiento de los palestinos", continuó Pacheco.

“Los asentamientos israelíes ocupan el 60% de ese territorio y están dispersos por doquier. Esto fragmenta aún más las tierras y perjudica la economía y la posibilidad de mejorar la situación palestina.

Israel afirma que esto podría cambiar con la paz. En cuanto a las colonias, los puestos de control y el muro, insiste en que pueden ser retirados. Pero los palestinos se concentran en lo que llaman "hechos en el terreno" y se muestran pesimistas.”

 Otras cuestiones que representan intereses contrapuestos son aquellas concernientes al “derecho de retorno” de los refugiados palestinos y el temor judío de la implantación de un gobierno palestino basado en grupos fundamentalistas islámicos como el grupo Hamás, atentando de esta manera contra la seguridad de Israel, por otro lado las autoridades palestinas consideran que la actual dependencia entre los estados fortalece significativamente las organizaciones extremistas.

En el tema del Derecho de retorno, el Emb. Rafael Schutz[7] lo ha calificado como ficticio o inexistente. Los argumentos alegados sostienen que no existen precedentes históricos en cuanto a este debate, cita los casos del fin de la colonización británica en India y la expulsión de los alemanes residente en Europa Central y Oriental hacia la Alemania nazi al término de la segunda guerra mundial, sin que ninguno de estos grupos mantuviera hasta la actualidad su calidad de refugiados y alegara derecho de retorno.

Actualmente los procesos de negociación en cuanto al conflicto palestino-israelí están en su punto más crítico. El informe mensual presentado al Consejo de Seguridad sobre la situación en Oriente Medio por el coordinador de la ONU para Oriente Medio, Robert Serry, a finales de febrero de este año apeló a intensificar los esfuerzos de la comunidad internacional para romper con la situación de bloqueo de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. Admitió que las partes tienen muy poca confianza entre ellas y hacen falta esfuerzos internacionales para ayudarles a superar sus diferencias.

El panorama es desolador, mientras se desvanece el vínculo de confianza entre el Estado de Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) creado, básicamente, por el Cuarteto para el Medio Oriente (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y ONU) Muammar al-Gaddafi intenta mantenerse en el poder a costa de la sangre de los jóvenes libios. El escenario de la República Yamahiriyya solo sería más desastroso al imaginarnos una Libia sin Gaddafi, debido en gran parte a la estructura tribal que aún permanece en los tiempos modernos y sumado a la inexistencia de verdaderos líderes opositores al régimen, estos factores se convierten en agravantes que añadidos al caos reinante pueden desembocar en batallas tribales y divisiones internas que conlleven la implantación de un nuevo régimen similar al derrocado.

La cuestión Yemen y Bahrein aun es muy inestable para elucubrar augurios, sin embargo he aquí, en medio de las perturbaciones donde se abre un espacio para que América Latina asuma un rol decisivo. La Declaración de Cap Cana en julio del 2010 señaló el inicio de una serie de procesos que han desencadenado el interés de la región por sus vecinos del lejano Oriente; las incidencias directas de las revueltas en la economía de las naciones en vías de desarrollo de Centroamérica nos obliga a estudiar todas las opciones.

Sin respuesta inmediata aparente, el conflicto palestino-israelí debe finalizar; la sociedad civil juega un papel primordial en la concientización sobre la importancia del tema y como elemento de presión a la Comunidad Internacional. Es adecuado tomar las experiencias que nos han llevado a promover  las grandes transformaciones en el marco del sistema interamericano de protección a los derechos humanos,  a pesar de la heterogeneidad del continente, es posible realizar o motivar grandes cambios que aboguen por una cultura de paz y gobiernos democráticos.

La evolución hacia una justicia social más equitativa ha iniciado en Medio Oriente, es el momento de promover la idea de gobiernos más democráticos e incluyentes. Palabras más que ciertas y eternas en el tiempo fueron las pronunciadas por la líder campesina Rigoberta Menchú “La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”.



[1] Venezuela fue de los primeros en reconocer al Estado Palestino,  y tiene como principal aliado al Presidente Hugo Chávez,  quien rompió en el 2009 las relaciones diplomáticas con Israel acusándole de ser un “Estado genocida” como consecuencia de la operación militar contra Gaza en diciembre del 2008, en la que murieron más de 1.400 palestinos, en su mayoría civiles.
[2] El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Resolución No. 181/11, por la cual se decide la partición de Palestina en dos Estados independientes: uno árabe, de 11,800 Kms², otro judío, de 14,500 Kms²; y de un régimen internacional autónomo para la ciudad de Jerusalén bajo la autoridad de las Naciones Unidas.
[3] Conferencia “Israel en Medio Oriente” ofrecida por el embajador israelí en España, Rafael Schutz durante el coloquio celebrado en Vigo, España el 23 de julio del 2009. 
[4] En la conferencia asegura que para el año 2009 sobrepasaban los 4 millones.
[5] Estados Unidos veta resolución condenatoria de asentamientos israelíes. Centro de Noticias de la Organización de Naciones Unidas. 18 de febrero, 2011
http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=20310&criteria1=EEUU&criteria2=MdoOte
[6] Adler, Katya. Colonias judías, un desafío. BBC, Jerusalén.  3 de marzo, 2009. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7920000/7920954.stm
[7] Obj. Cit. 3


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog le invita a compartir información, experiencias y observaciones sobre los temas que tratan los artículos que se publican. Lo invitamos a que participe en un debate abierto y le pedimos que evite el uso de palabras obscenas, frases de odio, comentarios personales y señalamientos que puedan resultar ofensivos. Gracias por sus opiniones.